Anónimo
“Lectura de libro”
Excélsior,
jueves 25 de agosto de 1994.
El cuento clásico “La bella durmiente” fue un pretexto para que la escritora Silvia Molina escribiera su volumen “Mi familia y la bella durmiente cien años después” (Ediciones Corunda), que presentará el próximo sábado 27 de agosto en la Biblioteca Pública “Parque España”, ubicada en la avenida de ese mismo nombre, en la colonia Condesa.
La autora también de “La mañana debe seguir gris”, parte de esa historia pero con otro concepto: escribir un cuento fantástico para niños que va más allá del argumento fácil y de la estructura simple.
Es la bella durmiente que despierta después de cien años y se encuentra que su vestido ya pasó de moda y hay aspiradoras; que al rey ya le podía llegar la publicidad de cualquier centro comercial y adquirir los servicios de limpieza para todo su palacio.
Los autores de literatura infantil creen que a los niños se les debe contar relatos sencillos; Molina va en el sentido contrario: en “Mi familia y la bella durmiente cien años después” está en juego la idea de que los niños pueden no sólo entender una trama más compleja sino participar; es decir, que el cuento clásico puede ser un pretexto para inventar otra historia.
Silvia Molina se toma también muy en serio su trabajo como escritora y editora de libros para niños. Su defensa de la literatura infantil, de su importancia y de la necesidad de que se le apoye, le valió en el último año en que fue tutora en el Fonca, el premio denominado por los becarios “Tutor de oro” que se le otorgó por unanimidad.
Para ella, la literatura infantil no debe ser solemne e incomprensible, sino debería ser una diversión para crear lectores: “Para formar lectores hay que cambiar el sistema educativo del país. Mientras esto no ocurra y en la primaria los niños sigan leyendo textos que no pueden comprender y disfrutar, la literatura infantil no tendrá lectores”, finalizó. |