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Urrutia, Elena
En Creación y crítica, v. I, núm. 4, septiembre de 1982.
“El naufragio político de la guerra de castas”
Silvia Molina, Ascensión Tun, Martín Casillas Editores, S. A., México, 1981, 154 pp.
No es precisamente la Guerra de Castas la trama sobre la cual Silvia Molina teje la historia de su novela Ascensión Tun. El periodo en el que ésta se desarrolla es una especie de epílogo a esa guerra, durante los años de relativa tranquilidad en la Península. Una tranquilidad que se ve interrumpida por los habitantes de Campeche por la desastrosa inundación que sufrieron la noche del 26 de octubre de 1889.
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Mercado, Tununa, “Del México actual y de un choque cultural no resuelto”
s/f, s/f/
El siglo XIX en la península de Yucatán no ahorró sangre ni lágrimas, tanto a los habitantes autóctonos que defendían su cultura y se defendían, para sobrevivir, de los blancos, como a los blancos que pretendían, quizás, hacer un México moderno, vinculado al poder central. Con ese telón de fondo, fresco de un pasado no muy remoto, Silvia Molina construye el escenario de una historia entre real y fantástica. Ascensión Tun (Martín Casillas Editores, INBA, México, 1981) transcurre en un recinto cerrado, una Casa de Beneficencia rescatada como núcleo de una serie de proposiciones narrativas que, una a una y en su conjunto, habrán de echar luz sobre un momento de la historia del sureste mexicano, pero también sobre un conflicto de culturas nunca resuelto.
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Alejándrez, Fernanda, “Ascensión Tun, novela de Silvia Molina”, El Heraldo de México, 20 de septiembre de 1982, pp. 2
Ascensión Tun es la primera novela que Silvia Molina publica después de su controvertido libro La mañana debe seguir gris (Ed. Joaquín Mortiz, 1977). Otro título suyo, Leyendo en la tortuga (Martín Casillas Editores, 1981) constituye esencialmente una interesante recopilación de textos sobre ese animal, no es un libro de inventiva. Ascensión Tun, en cambio, es una novela bien estructurada y mejor escrita. Parecería exagerado afirmar que es abismal la diferencia entre ella y La mañana debe seguir gris; sin embargo, así es.
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