Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Padilla A., Adriana: "La relación escritura-escritor, una relación amorosa |
Padilla A., Adriana “La relación escritura-escritor, una relación amorosa” El Búho, Excélsior, núm. 27088, 25 de agosto de 1991, p. 1, 6.
Conocí a Silvia Molina e la época en que era editora de Promexa, pero realmente mi primer acercamiento a ella lo tuve algunos años antes con su literatura, con La mañana debe seguir gris. Esta obra llegó a mis manos una Navidad en la que Lucinda, esposa de Hugo Gutiérrez Vega, nos la regaló a unos cuantos que trabajábamos en Radio Educación. Con este libro me fui adentrando en una literatura sencilla y amena, con un lenguaje claro y lleno de paisajes cercanos al acontecer diario, sin caer en los lugares comunes. Nuestras conversaciones estaban ligadas a la mujer, a los obstáculos que como escritora ha enfrentado a lo largo de su trayectoria para dar a conocer su quehacer literario, que consideraba que eran los mismos a los que se enfrenta el hombre escritor. El problema de las editoriales, que no se quieren aventurar a publicar a los noveles hacedores. Desde un principio Silvia corrió con suerte al tener las puertas abiertas para publicar. En una ocasión me comentó que cuando llevó su primera obra a Joaquín Díaz Canedo la acompañaron Elena Poniatowska y Hugo Hiriart, y le dijeron que no se sorprendiera si pasaban cinco o seis años para que se la editaran, años que se redujeron tan sólo a seis meses. A partir de entonces todo el material que ella ha presentado a los editores ha sido aceptado, para su fortuna. Ella, al igual que cualquier escritor, ha transitado por diversas actividades que corresponden a su sexo, así como ha trabajado para vivir, ya que el oficio de escritor no permite vivir de ello, excepto a unos cuantos. En una plática que tuvimos el año pasado me dijo que estaba en contra de distinguir entre literatura femenina y masculina. Para ella existe una sola literatura, escrita por cualquier sexo. “Hay una sensibilidad particular que no se puede negar en ambos casos”. Y recuerda que Flaubert, Tolstoi o Clarín escribieron las novelas más maravillosas sobre la mujer o sobre personajes femeninos y captaron hasta el mínimo detalle de ellas. Silvia no cree que haya una literatura femenina; quizá se dé una literatura feminista. —¿Y cuál sería entonces esa diferencia? |