Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Partida, Juan Carlos G.: Escritora de una genración que no fue generación |
Partida, Juan Carlos G. “Silvia Molina. Escritora de una generación que no fue generación”, El occidental, sec. Gente, 3 de diciembre de 1998 El amor que me juraste, Premio Sor Juana
Perteneciente a una generación que no fue una generación, Silvia Molina se congratula de recibir el Premio Sor Juana Inés para obra publicada por mujeres que anualmente se entrega en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, pero también se siente comprometida y con mayor responsabilidad para que la calidad de su obra mejore día a día. “Un rasgo característico de mi generación es que no fuimos una generación, todos escribíamos en nuestra casa y nunca nos agrupamos en torno a una publicación, a una revista o en torno a un escritor, a un maestro, como en el caso de generaciones anteriores. Nosotros nos encontramos cuando ya teníamos todos obra publicada y nos dimos cuenta que lo que hace nuestra generación es el uso que hacemos de la historia, todos de alguna manera incursionamos en la historia como para contarnos la historia que estaba detrás de la historia oficial”, dice en rueda de prensa previa a la entrega de la presea que el año pasado se dio a la recién fallecida Elena Garro. Molina dice que todos los estímulos y premios lo único que logran es aumentar la responsabilidad del que los recibe. “Yo tengo veinte años escribiendo, no es mi primera novela, he ganado otros premios y cuando obtuve el primero fue para mí un susto espantoso y ahora que me saco este que lleva el nombre de Sor Juana que es una mujer irrepetible en la literatura, te crea esa ambigüedad. Por un lado e da gusto pero por otro sabes que tu trabajo tiene que mejorar y no podrás ir por la vida así nomás, sino que debes tratar de hacer cada vez mejor lo que haces”. Desestimó cuestionamientos en relación a la llamada literatura feminista porque hace muchos años en que ya no se discute ni se piensa que la literatura es exclusivamente un mundo de hombres. “Escritoras por ejemplo de mi generación, ya no sufrimos por publicar en editoriales, ya otras escritoras de otras editoriales nos habían abierto las puertas. Yo creo que si un libro tiene calidad, tiene salida entre el público, sea escrito por hombres o mujeres”, consideró. De su obsesión por el sureste mexicano recordó que su familia paterna es originaria de esa área de México en la que ella no nació, lo que la ha hecho tener una nostalgia de un lugar que pudo haber sido suyo y no lo fue. “Yo lo he buscado a lo largo de mi literatura para ver si ese lugar se me entregaba o no, es como una obsesión. De hecho me sirvió mucho haber escrito para el Conaculta en la colección de Crónicas de Viaje, una crónica que hice sobre Campeche porque fue realmente como enfrentarme a esta ciudad que nunca ha sido mía porque yo nunca vivía ahí, soy una extraña cuando llego y sin embargo la conozco muy bien porque la he estudiado, he estudiado su historia, a su gente, su literatura, sé qué se cocina, cómo se cocina, qué se caza en las selvas, es un lugar que yo he hecho mío aunque yo no fuera de ahí”. Sobre su novela “El amor que me juraste” y que fue la que la hizo merecedora del premio, hizo una breve sinopsis de una historia que calificó como llena de pasiones. “Las pasiones en general son comunes entre los seres humanos. Yo lo que quise es que mi personaje tuviera la libertad de vivir sus propias pasiones, de verlas como una experiencia en la vida, que te hacen madurar y que te hacen crecer, todas las experiencias te sirven para ver la vida desde otro punto de vista. Yo lo que quise es que mi personaje tuviera una larga reflexión sobre su experiencia y su familia, su pareja y sus hijos y el otro incluso y padres. En la medida en que Marcela sabe lo que ha hecho, puede entender mejor a su padre que había hecho una cosa más o menos parecida. Yo quería escribir la novela desde el punto de vista del médico pero no pude, hice como cinco versiones y no me la creía, por eso la tuve que hacer desde el punto de vista de Marcela”.
De la novela En “El amor que me juraste”, una mujer huyendo de una decepción amorosa, viaja al lugar de origen familiar para explorar su pasado. Así se desarrolla esta novela sobre el deseo y el dolor, la pasión y la culpa y sobre las elecciones que se tienen que hacer a lo largo de la vida. Comienza con el aburrimiento y la desazón de la protagonista y termina con el silencio, que suele significar muchas cosas. El jurado que eligió de manera unánime la novela de Molina estuvo compuesto por miembros de Curbstone Press, Fondo de Cultura Económica, FIL y SOGEM. Ese año se recibieron más de 30 novelas de Hispanoamérica para el concurso que tiene la característica que debe ser para obra en español publicada recientemente (máximo tres años atrás) por escritoras.
Quién es Silvia Silvia Molina (México 1946) estudió Antropología y la licenciatura de Letras en la unam. Ha vivido en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia (1977) por “La mañana debe seguir gris” y el Premio Nacional de Literatura Infantil “Juan de la Cabada” por “Mi familia y la Bella Durmiente cien años después”. También ha sido becaria del Centro Mexicano de Escritores, del Fideicomiso para la Cultura México-USA y del Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Ha publicado novela, cuento, teatro y numerosos libros para niños y parte de su obra ha sido traducida a varios idiomas. Actualmente dirige Ediciones Corunda. |