Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Ornelas, Oscar Enrique: "La literatura te muestra que no eres monedita de oro", SM y su Muchacha en azul |
Ornelas, Óscar Enrique “La literatura te muestra que no eres monedita de oro. Silvia Molina y su muchacha azul” El Financiero, núm. 5818, 3 de julio de 2001, p. 54.
Un encuentro en el aeropuerto de la ciudad de México retrotrae a una mujer a su época de juventud en París durante los años sesenta. Ahí hay un drama familiar. Pero, paralelamente, Silvia Molina recrea en Muchacha en azul (Joaquín Mortiz), su nueva novela, la vida de un geólogo suizo residente en México. Soledad, desesperanza y una búsqueda por reconstruir la vida es lo que encuentra el lector. La muchacha en azul de Silvia Molina no sólo gusta de un vestido de ese color sino que es esencialmente melancólica, blue. La trama es sencilla, explica la autora en entrevista con El Financiero, “pero alude a problemas muy complejos como la relación entre padres e hijos, o la que se establece entre Hilda, la protagonista, y su media hermana”. Por otra parte, a Molina le interesaba tratar en la novela la visión de un extranjero trabajando en México. Herman Sulzer, el geólogo suizo, es F.M., a quien está dedicado el libro, aunque todo es ficticio. Se trata de un europeo “acostumbrado al orden y la disciplina que llega a México y se encuentra con que las cosas siempre son para mañana”. Muchacha en azul es algo que Molina “traía dentro”, porque “todas las experiencias de Hilda en París” son suyas. La escritora vivió en esa ciudad en el círculo de la embajada mexicana. Para Molina, su escritura “es una reinvención”. —Usted liga las dos historias, la de Hilda y la del geólogo. Son como dos novelas... —Es que en el encuentro entre ambos ella recuerda todo lo que sucedió en París y él le cuenta sus experiencias en el Congo belga. —La mujer no quería vivir en París porque anhelaba saber por qué su mamá la había abandonado. No se adapta. ¿El geólogo sí lo hace en México? —Siente que México es su país, sobre todo por la calidez de la gente. En Suiza todo es más frío. Y llaman a la policía por cualquier irregularidad. Ya lo observaba Montaigne en sus ensayos de 1580... —Ah, pues eso es lo que hace el geólogo. Cuando descubre un fraude, va y levanta un acta ante el Ministerio Público... —Aquí lo último que se hace es llamar a la policía. —No obstante, Sulzer se adapta a México. Conozco a muchos extranjeros que vienen a este país y sufren cuando se van. México es entrañable. —¿A usted le interesaba hablar sobre el abandono, situación qué vive la protagonista? —Me preocupaba más cómo puede uno reconstruir su vida después de haber tenido una experiencia que te rompe o te altera significativamente. Tienes unos padres espantosos y tú sigues viviendo. Yo conozco casos de hijos que han tenido padres horribles y se vuelven padres horribles. Siempre me ha interesado observar esas cosas. —¿Cómo se puede reconstruir la vida? —Ahí está lo difícil. La chava de la novela tiene miedo incluso de relacionarse sentimentalmente. —Los psicólogos le llaman “patología evitante”... |