Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Salinas, Adela: Mi familia y la Bella Duriente... |
Salinas, Adela “Presenta Silvia Molina ‘Mi familia y la Bella Durmiente’. Convierte libro infantil en objeto para jugar” Reforma, 29 de agosto de 1994.
“Ya que la literatura nos asusta un poco, la idea fue hacer de ‘Mi familia y la Bella Durmiente cien años después’ un libro objeto para que los niños jugaran con él”, dijo en entrevista Silvia Molina. Organizada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, la presentación de este libro, editado por Corunda, se realizó ante la presencia de aproximadamente 20 niños que asistieron a la Biblioteca Parque España el sábado a las 12:00 horas, quienes después se abarrotaron para pedirle autógrafos. Molina quedó sorprendida por el ansia de participación de los pequeños que asistieron a la lectura de esta historia, a pesar de que considera que se trata de un texto para niños mayores de 10 años. “Un cuento se dirige según la edad del niño. Puede haber cuentos que estén enfocados a aquellos que oscilan en edades entre los seis y ocho años, y otros para los niños de 11 a 12, entonces hay que saber llegar a los distintos sectores de la infancia”, comentó. El libro que se presenta por primera vez fue Premio Nacional de literatura Infantil “Juan de la Cabada” en 1992, y la ilustración del mismo estuvo a cargo de la inglesa Susana Martínez Ostos, quien estudiara Bellas Artes en la Universidad de Oxford. Contiene entre sus páginas, un minicuento de “La Bella Durmiente” para colorear, además de seis cartas supuestamente escritas por los personajes de la historia, mismas que permiten, explicó Molina, que el niño tenga una relación más directa con la historia. “En el texto se da el nivel de la fantasía en el clásico cuento de ‘La Bella Durmiente’ y el nivel de la familia mexicana. Yo quería que fueran personajes típicamente mexicanos y se me hizo difícil encontrar a alguien que dominara este tipo de ilustración. Ese y el resto de la producción del libro fueron dos aspectos que retrasaron la edición, señaló. La autora de “Los cuatro hermanos”, “El misterioso caso de la perra extraviada”, “Los tres corazones” y “Las dos iguanas”, entre otros, afirmó que no hay reglas para escribir literatura infantil, que su carácter depende de lo que el escritor quiera contar, pero que es importante que involucre al niño en el mensaje dirigido. “Hay que reproducir algo del ambiente o de los sentimientos experimentados por los niños para involucrarlos en la historia. Se puede describir, por ejemplo, la ciudad, pero una ciudad en la que se introduzca su sociedad, o su casa o los animales domésticos”. La escritora considera que falta el fomento a una autoestima en los niños mexicanos, de ahí su interés por introducir en el ambiente de sus libros lo referente a la cotidianeidad mexicana. “Hace dos años me invitaron a dar una conferencia a Colombia. Yo no sabía que era para niños, así que no preparé nada especial. Cuando llegué, el auditorio estaba lleno de niños de todas las edades. Dije: ‘Soy Silvia Molina y soy mexicana’, y en ese instante los niños colombianos levantaron la mano y no dejaron de hacerme preguntas sobre mi país por dos horas. No tuve que leerles nada. Los niños fueron muy espontáneos, y creo que en México todavía nos falta lograr eso”, añadió. |