Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Zendejas, Francisco: Silvia Molina:niñez y pubertad |
Zendejas, Francisco “Silvia Molina: niñez y pubertad” Excélsior, sec. Multilibros, 12 de octubre de 1984
¡Tenía que ser Silvia Molina! Sí, tenía que ser Silvia Molina quien nos diera estos retratos de la niñez y la pubertad femeninas, cosa que no ocurre frecuentemente en la literatura hispanoamericana, aunque ya hay buena narrativa sobre la niñez masculina, si recordamos obras de Jorge López Páez y Homero Aridjis, para citar nada más dos ejemplos. Lides de estaño, por Silvia Molina (uam), contiene también algunos relatos de mujeres maduras, madres de familia, lo mismo que mujeres ansiosas y uno supremamente erótico sobre la mujer joven, que rompe barreras familiares y religiosas para enterarse del amor. Pero los mejor logrados, los más auténticos y literarios, amén de más sicológicamente penetrantes, son los de niñas: niñas de familia pobre, niñas de provincia, niñas burguesitas en un mundo de sorpresa —aquí un paréntesis para mencionar el cuento titulado “¿Qué hubieras hecho?”—, que produce un estado de terror singular: el que puede tener sus raíces en la diferencia de clases que se ve súbitamente trastocada. La segunda parte de Lides de estaño está compuesta por unos relatos breves, minúsculos, como cuadros orientales, titulados Juegos de muñecas, integrada por una muñeca bíblica, muñequitas chinas, otra muñeca medieval, muñecas rusas, una muñeca renacentista y, finalmente, una muñeca de carne y hueso. Muñeca bíblica. “Y en un principio, el hombre formó el barro y creó a la muñeca a imagen y semejanza de su hija”. Muñeca medieval. “La hija de la Maga Morgana pidió a su madre que las niñas del reino fueran a jugar con ella; y en el acto quedaron convertidas en muñecas”. |