Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Molina, Javier: Silvia Molina presentó su libro Lídes de estaño |
Molina, Javier La Jornada, 4 de marzo de 1985.
“Silvia Molina presentó su libro Lides de estaño”
Silvia Molina habló de un compromiso con la escritura en la presentación de su libro Lides de estaño (serie narrativa de la Colección Molinos de Viento de la uam), ayer domingo en la Sala Ponce de Bellas Artes. Después de su primera novela publicada La mañana debe seguir gris, vino para ella una época difícil: “El miedo al verdadero compromiso con la escritura, y por lo tanto, el silencio. Me sobraban pretextos para no escribir, y como me ponía una trampa tras otra, y en el fondo sabía que me estaba tratando de engañar, vivía un estado de angustia permanente...” Por estos tiempos nació un libro más, Leyendo en la tortuga, “es juguete no fue sino una fuga, un refugio momentáneo”. Luego un cuento creció hasta convertirse en otra novela: Ascensión Tun. ¿Qué sería lo siguiente? “El miedo de cargar con un cuaderno vacío — platicó Silvia— me hacía actuar como si tuviera una red en la mano. Trataba de cazar textos aquí y allá. Pero atrapaba formas efímeras, seres que perdían sus colores apenas entraban en la red. “Un día decidí dejar que las cosas llegaran, y en el momento más inesperado me topaba con algo: un objeto, una persona, un olor, un recuerdo... y algo se desencadenaba dentro de mí hasta hacerme decir: esto es un cuento, y comenzaba a trabajarlo. Y un día me pregunté qué pasaría si variaba al personaje y sus circunstancias para expresar algo que podían tener todos en común; una situación de crisis, una búsqueda de la identidad, una infancia desquebrajada, una relación familiar fuera del modelo utópico, un deseo de vivir el pasado para entender el presente... Y el resultado fueron las Lides de estaño”. Hay dos palabras que suelen ir acompañadas: amistad y crítica. Esta vez lo estuvieron en lo dicho por Miriam Moscona sobre el libro de Silvia Molina: “Todos estos personajes parecieran pertenecer a un mismo tronco familiar. Sus historias son autónomas; sn embargo, el hilván que une estos relatos emparenta los lugares, las pasiones, los modos de mostrarse”. Miriam también hizo notar que en casi todos los relatos que conforman el libro “es una voz de mujer la que habla: la |