Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Rodrúez Walling, Isabel: SM continúa su carrera literaria con el impulso inicial. Su primer libro, además de premiado, ha sido traducido al inglés |
Rodríguez Walling, Isabel Revista Vanidades de México, año 34, núm. 14, julio 5 de 1994, pp. 100-101. “Silvia Molina. Continúa su carrera literaria con el impulso inicial. Su primer libro, además de premiado, ha sido editado en inglés” Entró en el mundo literario por la puerta grande. Su primera novela, “La mañana debe ser gris”, la que había escrito para sí misma en recuerdo de una pasión y en la búsqueda de su identidad personal, recibió, para sorpresa de la propia autora, el premio más codiciado de México, el Xavier Villaurrutia (1977), equivalente al Prix Goncourt en Francia y al National Book Award en los Estados Unidos. Así fue el comienzo triunfal de Silvia Molina, la conocida escritora que nos ha deleitado con sus numerosas obras y que el año pasado obtuvo otro gran éxito al ser editado en inglés ese primer libro, bajo el título de “Gray Skies Tomorrow”, en una soberbia traducción de John y Ruth Mitchell, acogida con entusiasmo por el público anglo. Silvia Molina nació en la ciudad de México. Hija de un ministro de Estado y sobrina de tres generales, creció en un ambiente culto y familiar, del que habría de salir bruscamente cuando sus estudios la llevaron a Europa. En su país había empezado antropología, en la Universidad Nacional, pero luego se decidió por la literatura. Siendo adolescente, estuvo interna en un colegio de Francia y en sus tempranos 20 trabajó como instructora en una escuela secundaria de Londres. Allí conoció al gran poeta mexicano José Carlos Becerra, con quien vivió un amor apasionado y breve. Su diario de entonces, el diario de una jovencita enamorada que va creciendo espiritualmente en un mundo independiente muy distinto al suyo de origen, le sirvió de base para “La mañana debe ser gris”, que escribió mientras asistía a un taller de narrativa a cargo de la conocida y prestigiosa escritora mexicana, Elena Poniatowska. Cuenta Molina que, aunque la novela es autobiográfica, “al escribirla dejé que mi imaginación participara en la historia”. También habla del revuelo que provocó su publicación. Becerra es un favorito del público mexicano y la exposición novelada de su relación amorosa forzosamente habría de ser controversial. Este fue un ingrediente más, unido a sus méritos literarios, para que la obra se convirtiera en un best-séller. Sin embargo, pasada la explosión del momento, el libro sigue gustando. “Creo que ese carácter de entrada en la vida adulta que presento en mi novela es importante para su permanencia en el interés de los lectores, de los nuevos lectores”, explica Molina, quien se muestra satisfecha de que haya calado en el público joven. “En cierta forma, esos jóvenes pueden identificarse con la protagonista porque la novela refleja, por encima de su argumento, su propia experiencia cotidiana. Sus búsquedas, sus incógnitas. De alguna manera les dice que hay otras vidas muy reales que tienen que ver con la realidad de sus vidas”. La escritora ha recibido becas del Centro Mexicano de Escritores y del International Writing Program de la Universidad de Iowa, por cuyo motivo ha vivido en Francia, Inglaterra y los Estados Unidos. Además de la novela, ha cultivado la crítica literaria y el periodismo y se ha distinguido como conferencista. También le interesa la literatura infantil. “Es un gran campo en el que realmente puede hacerse mucho”, comenta. Actualmente vive en México con su esposo Claudio, geólogo líder mexicano, y sus dos hijas de 18 y 20 años. Ella se siente muy orgullosa del apoyo que él le brinda a su carrera literaria, en un país que se considera poco partidario de la liberación femenina. “Quizás ahora”, dice, “sea justo presumir que, a despecho de lo que la gente piense, México ha entrado en el siglo xx”. |