Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Molina, Javier: En Imagen de Héctor busqué mi propia identidad |
Molina, Javier La Jornada, 7 de febrero de 1991.
Se presenta hoy el nuevo libro de la escritora. En Imagen de Héctor busqué mi propia identidad: Silvia Molina
Su búsqueda de Héctor no nació por mero accidente sino por una razón más poderosa: Héctor fue su padre. Un padre a quien no recordaba porque murió cuando ella tenía un año. Es el comienzo de la novela Imagen de Héctor, de Silvia Molina, publicada por Cal y Arena editores. Es una novela que cuenta, que narra la historia de tres cosas —platica—: “Mi búsqueda del padre. Por el mismo lado, es mi búsqueda de Campeche (no sé por qué siempre he estado enamorada de Campeche, tuve la ‘desfortuna’ de no haber nacido ahí. Estoy enamorada de su mar, pero no se me ha dado nunca, como cuando quieres a alguien con un amor generoso y bueno, pero no se te da). “Es un poco, al mismo tiempo, mi propia búsqueda, la búsqueda de mi propia identidad. Yo tenía un año de edad cuando mi padre se murió, y entonces crecí como quien nunca era ella misma, sino la hija de Pérez Martínez. Y todo mundo me decía: tu papá era ya presidente de la República, un periodista muy bueno, un escritor sensacional, muy buen amigo, era muy amigo de todos los refugiados españoles (León Felipe, Juan Rejano, Emilio Prados). Era amigo de Luis Cardoza y Aragón, Fernando Benítez fue su secretario particular. “Entonces, todo mundo me veía como la hija de Héctor. No me veían como una persona independiente, por eso es que cuando empecé a escribir me quité mi apellido paterno. Y con este libro ya asimilé que soy hija de Héctor Pérez Martínez y también comprendí que lo que he hecho lo he hecho por mí misma”. En Imagen de Héctor Silvia Molina trató de romper el mito. “Encontré a un escritor que tuvo sus aciertos, desde luego, pero que no fue el escritor de México que trascendió, al grado de que muchos ya no lo recuerdan como escritor. Creo que su figura, incluso dentro del periodismo mexicano, se ha perdido”. “Y encuentro a un político, a todos los políticos. Pienso que era buen político, pero que tuvo una carrera corta aunque brillante. En realidad, yo creo que él debe su carrera política a Ávila Camacho, porque lo conoció cuando él era gobernador de Campeche. Le preparó la llegada a su estado como ningún otro gobernador lo había hecho, le dio muy buena impresión y Ávila Camacho se lo trajo después como oficial mayor y luego fue subsecretario de Gobernación. Alemán se dio cuenta de su habilidad y lo llamó para que organizara su campaña política: el bloque de gobernadores. “Y tenía un carácter muy afable y era muy hábil para tratar los problemas políticos. Cuando lo nombran secretario de Gobernación lo nombran también jefe del gabinete. Desempeñaba muy bien su puesto, tenía muy buen trato con todo mundo, y todo mundo pensaba en él como el futuro presidente. La muerte le truncó la carrera política. Falleció en 1948 de un infarto, complicación de una presión arterial, los riñones no le funcionaban muy bien. Entonces llegó al poder Adolfo Ruiz Cortines, quien no tenía ningún título académico”. |