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Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Zendejas, Francisco: Guerra y amor en Yucatán |
Zendejas, Francisco Excélsior, 8 de julio de 1981. “Guerra y amor en Yucatán” Ascensión Tun, por Silvia Molina (Ed. Martín Casillas), es una excelente novela histórica basada en dos acontecimientos que conmovieron a Yucatán en el siglo pasado. El principal de ellos es la turbulenta “Guerra de Castas”, que oficialmente duró siete años pero que en realidad se alargó hasta principios de este siglo pues los indígenas se apoderaron hasta entonces de la región selvática de aquel estado, a donde se habían retirado mucho antes. El otro acontecimiento es el de la visita de Carlota Amalia a Yucatán y Campeche. ¿Recuerda el lector que ya loca, la emperatriz clamaba que en Yucatán le habían dado toloache para provocarle la locura? Bien. Este detalle está fuera del cuerpo de la novela; pero la visita de Carlota le sirvió a Silvia Molina (premio Villaurrutia 1977) para introducir a un personaje de corte entre romántico y truhán –capitán austriaco–, que sedujo a una bella joven de la sociedad meritense, que sí existió en la realidad. De la locura de la joven Consuelo y su extraña amistad con el niño Ascensión Tun está llena la novela de la señora Molina. El niño Tun (piedra en lenguaje maya) figura realmente en el archivo de lo que fue Casa de Beneficencia de Yucatán, en el que se imprimió que su trágica muerte “hizo que los habitantes de la Casa hicieran de él una leyenda” –obedeciendo a su apelativo, ascendió a los cielos y desapareció. Otros personajes interesantes pueblan la novela de Silvia Molina: los gobernadores Barbachano y Barret; los jefes mayas Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi y Jacinto Pat; Antonio Méndez, liberal de altos vuelos, y otros más que hicieron la historia de aquella guerra, que realmente no fue de castas sino una verdadera revolución campesina. |