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Mi familia y la Bella Durmiente cien años después El cuento favorito de María es La Bella Durmiente, y el tío |
Roberto Fernández Retamar. Antología personal |
Cuando yo estudiaba la carrera de letras en la unam, el nombre de Roberto Fernández Retamar era ya un mito. Lo conocíamos no sólo como el autor de Alabanzas, conversaciones, Buena suerte viviendo, A quien pueda interesar y Circunstancia y Juana, entre otros poemarios, sino que gracias a sus ensayos y a su crítica literaria estudiábamos la más reciente literatura latinoamericana. Quienes teníamos inquietudes de creación, sabíamos también que había sido director de las revistas Orígenes, Nueva Revista Cubana y Casa de las Américas, institución que preside desde hace treinta años. Roberto Fernández Retamar, todo mundo lo sabe, ha sido merecedor de varios premios como el Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, por Juana y otros poemas personales, y el Nacional de Literatura de Cuba. Poeta de corazón y maestro, ensayista y crítico de profesión ha trabajado en varias universidades tanto en América como en Europa. Un gran catador y experto en literatura ha sido, sin duda, Fernández Retamar, que entre sus estudios sobre literatura, música e historia cubanas, donde encuentra un lugar preponderante José Martí, resaltan sus ensayos recogidos en el libro Parauna teoría de la literatura hispanoamericana. Por desgracia muchos de sus libros de poesía no llegaron a México porque fueron publicados en Cuba, España, Argentina o Puerto Rico; pero algo nos llegó después de trabajo editado por Cuba en Poesía reunida. 1948-1965, cuando en 1966 la editorial Era dio a luz Buena suerte viviendo y Siglo XXI Editores A quien pueda interesar (Poesía 958-1970). Esta Antología personal que publica también Siglo XXI Editores recoge obra poética y ensayos, por un lado, y por otro una sección que el autor ha llamado Recuerdo a… Él prefiere llamar “versos” a sus poemas, y ha seleccionado para nosotros solamente 44. Una apretadísima muestra que llama la atención, primero por su factura y después por enorme finura para expresar un aparente sentido del humor que retoma pequeños grandes detalles que hablan por sí solos de su conocimiento del ser humano, como en “Los que se casan con trajes alquilados”, “Felices los normales”. “Los feos” o “La otra”. Poeta que se detiene en lo cotidiano, recoge en sus versos el canto a la vida que todos quisiéramos entonar alguna vez, decir alguna vez que la vida es ésa rara cotidianidad que, después de todo nos hace falta. ¿No nos hubiera gustado a todos cantarle al padre, a los amigos, al amado? Fernández Retamar canta al amor, al olvido. Nos habla de su experiencia de vida con otros escritores como Alfonso Reyes, José Lezama Lima, Alejo Carpentier, Vicente Aleixandre, Jorge Luis Borges y Eliseo Diego. Una parte cálida, íntima, sabrosa, en la que el lector penetra en aquella parte misteriosa y secreta que son las relaciones personales entre las amistades y sus lazos de compadrazgo por la literatura. Siempre interesante saber cómo Roberto Fernández Retamar conoció a Borges, cómo se topó con Reyes, su cercanía con Eliseo Diego, no sólo intelectual sino de vecindad, como el mismo lo dice, pues vivían tan cerca que tenían los mismos apagones y alumbrones. Agradezco a Roberto Fernández Retamar, la lección no sólo de vida de esta sección sino todo aquello que nos cuenta, que es fascinante, sobre estos personajes que acabo de nombrar porque además nos lo entrega en un contexto que se vuelve una clase de literatura universal. Por esas páginas desfilan también escritores cercanos a nosotros como Paz, Cintio Vitier, Mejía Sánchez, Julio Cortázar… |